JOSÉ BONAPARTE o PEPE BOTELLA en la literatura de cordel durante la invasión napoleónica en España (1808-1813)
septiembre 13, 2020
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José I Bonaparte, hermano de Napoleón Bonaparte, fue apodado por los españoles como Pepe Botella durante su breve reinado en España (1808-1813) |
Los Bonarpate en España (1808-1813)
Durante esta guerra hubo una proliferación de periódicos, en particular en
Cádiz, que por su carácter informativo trataban de buscar y abarcar el mayor
número posible de acontecimientos para que el lector lograra comprender la
complejidad del conflicto bélico. Pero aparte de cumplir con el papel de
comunicadores del pueblo, la prensa
española reflejó la opinión de su lector, como se declaró en una de las
secciones del periódico El Tribuno del
Pueblo Español, publicado en Cádiz en 1812: “El objeto de este papel será
sostener la libertad e independencia de la Nación, consolidar las nuevas leyes,
fomentar el espíritu público en favor de ellas y reclamar los abusos que se
advirtieren”[1]. Esto muestra cómo los periódicos eran
conscientes de su papel dentro de la sociedad española. No solo trataban de
transmitir información para que penetrara en la forma de pensar del español, sino
que también se comprometían con él (el pueblo) en la lucha por la “libertad”.
Por lo tanto, el posicionamiento del periodista se debía reflejar en sus
escritos, denunciando las atrocidades de la invasión francesa que ocupó el
territorio a partir de febrero de 1808.
La literatura de cordel y la sátira
Según Claudette Dérozier, en su tesis La guerre d'indépendance espagnole à travers l'estampe: 1808-1814, durante ese período los periodistas tomaron en cuenta el escaso nivel de preparación de las clases bajas, el cual les impedía escuchar con atención y debatir los discursos políticos que se daban en las sesiones del Congreso en Cádiz, a diferencia de la burguesía, que sí se interesaba en aquellos asuntos y no reflejaba la opinión del pueblo general. Sin embargo, las clases sociales iletradas tenían su propio medio informativo, que era la literatura de cordel[3], cuyo lenguaje directo y sencillo permitía su fácil comprensión y memorización. Además, su contenido era informativo y entretenido a la vez. Dado que este medio informativo era distribuido en hojas sueltas, podía ser destruido en cualquier instante, por lo que encontró refugio en la prensa española, comprometida en la lucha contra Napoleón.
"las clases sociales iletradas tenían su propio medio informativo,que era la literatura de cordel"
Estos medios se valieron de la sátira[4], cuya función consistía en convertir al enemigo en objeto de burla ante la sociedad española, lo que permitió liquidar el nombre del adversario no por las armas, sino por las letras[5]. Esto se evidenció en la serie de representaciones jocosas de José I asociadas con el alcohol, extraídas de la literatura de cordel, cuya finalidad no era más que desprestigiar la imagen del monarca francés como el enemigo del pueblo español.
Caricatura humorística
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Caricatura de José I Bonaparte como el Rey Pepino |
El pepino, el vino, la guitarra, la botella y las cartas eran los elementos recurrentes en caricaturas, poemas, fábulas y piezas teatrales. Pese a que no se sabe con certeza el origen de esta representación negativa en torno a la figura de José Bonaparte, ya que en realidad José I no era aficionado al vino, fue ella la que dio origen a una serie de chistes y jocosidades utilizadas por la sociedad española.
Como en todo conflicto bélico se busca, por todos los medios, desacreditar la imagen del enemigo, podría ser que le inventaron una leyenda. En el libro José Bonaparte: un rey republicano en España, de Manuel Moreno Alonso[6], el autor explica cómo los españoles estuvieron pendientes hasta del más mínimo descuido de los Bonaparte, como el supuesto hecho de que los primeros decretos que emitió José Bonaparte durante su breve gobierno hacían referencia a las bebidas alcohólicas y juegos de cartas. Surgieron así, a través de la leyenda, dos símbolos: “el vino” y las “cartas”.
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La afición de José Bonaparte al vino. Dibujo satírico sobre los aspectos negativos del reinado de Pepe Botella. |
En cambio, C. Dérozier explica que los españoles necesitaban inventarle un vicio que no era propio de ellos, sino de los franceses: la afición por el vino[7]. Según el autor, a raíz de ello surgirían dos dicotomías del hombre bohemio (borracho y el vino) que luego van ser tomadas para elaborar unos juegos de palabras con el nombre de José (pepe, pepillo, pepino) y el vino (botellas, copas, rey de copas, juego de cartas), lo que dará como resultado representaciones burlescas del enemigo. Sea cual fuera el origen de esta leyenda, el surgimiento de estas imágenes fue la manera en que se creó un imaginario colectivo sobre el personaje José I a través del símbolo, el vino.
Poesía satírica
Los opositores se valdrían de la asociación de la figura del monarca con el alcohol para elaborar aún más todas estas composiciones literarias.
O amigo Rey de Copas, ¿dónde vas,
Que tan deprisa dejas Madrid?
Y si mal no me engaña mi nariz
No es ámbar lo que exhalas por detrás.
¿Qué excusa a Valdepeñas le darás
Que contigo pensaba ser feliz?
¡Quál debe quedar Yepes de infeliz
Si no prueba sus vinos de hoy en más!
¡Quán triste quedará Carabanchel,
Si se le va el mejor consumidor,
Aun antes de probar su moscatel!
Todo será sollozos y clamor,
Y en medio de tan lúgubre Babel
Clamarán con el grito de dolor,
Cruel Vireno, fugitivo Eneas,
Barrabás te acompañe, allá te avengas.
Estas poesías populares se manifiestan en composiciones breves como las
coplas, epigramas, décimas y romances. Dentro de las características de este
tipo de poesía es muy recurrente el uso de expresiones coloquiales,
composiciones de arte menor. Por la dinámica que se desprendía de la estructura
de estos versos, estas poesías eran cantadas o recitadas en voz alta. La gente
se entretenía con este tipo de poesía donde se ridiculizaba la figura de José I,
utilizando su fama de ebrio.
Coplillas como:
Ya se fue por las
Ventas
El rey Pepino
Con un par de
botellas
Para el camino
Por su lenguaje sencillo y coloquial, y
su estructura fácil de memorizar (versos de arte menor), este tipo de literatura española tuvo
mucha acogida entre las clases populares. Los españoles iletrados se sentían
identificados con este tipo de poesía y no con el típico discurso elaborado
de los artículos periodísticos. Aquello despertó el interés de los diarios, que
participaron más en la difusión de este tipo de literatura.
Estos poemas, fábulas y piezas teatrales contenían elementos informativos que permitían que el lector o el oyente se enterara de los acontecimientos de la Guerra de la Independencia o de las acciones de los enemigos, como la llegada del ejército de Napoleón Bonaparte a partir de febrero de 1808 con el pretexto de invadir Portugal, aliada de Inglaterra (Muchos ratones contra cuatro gatos); la huida de José I tras su breve estancia en Madrid (el poema “Oh, amigo Rey de Copas”).
Por su
contenido satírico, esta carga informativa es distorsionada (la figura de estos
personajes está totalmente exagerada)
con la mera finalidad de hacer más patente la verdad y crítica ante ello. Se
observa, así, la funcionalidad doble de estas manifestaciones satíricas que van
a entretener e informar al lector. Es de esta manera que a través del humor
se facilita la transmisión de un mensaje. Por esta razón, los
diarios de la prensa
española culta, en particular los de Cádiz, empezaron a publicar estos
tipos de poesía a fin de fomentar la imagen negativa de Napoleón y de su
círculo, tratados con cierto sentido del humor. Un ejemplo de ello es la
publicación de una poesía titulada “A la huida de Pepe de Madrid” en el Diario
Mercantil de Cádiz, un día antes de la proclamación de la Constitución de 1812:
Al Rey José I
Al ínclito Señor
Pepe, rey (en deseo) de las Españas, y (en visión) de las Indias
Salud, gran rey de
la rebelde gente;
salud, salud
Pepillo diligente,
protector del
cultivo de las uvas
y catador experto
de las cubas;
hoy te celebra mi
insurgente mano
desde el grandioso
emporio gaditano;
y sin quebrarme
mucho la cabeza
al momento
tropezara
mi pluma con tus
raras cualidades;
no llenaré el
papel de las variedades,
como hacen a tu
lado
necios aduladores
de tu persona y
denigrado trono,
que te dexan
corrido como un mono,
celebrando
virtudes que no tienes,
y coronan tus
sienes
con laureles de
Marte, o bien de Apolo,
cuando al tyrso de
Baco aspiras solo[8]
Pero para que este mensaje antinapoleónico llegara a un pueblo iletrado, tenía que ser cantado por un ciego[9] o un lector que pudiera facilitar la transmisión del mensaje oralmente.
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El ciego músico, pintado por Ramón Bayeu y Subías en 1786. Desde el siglo XVII hasta principios del XIX, los ciegos se ocuparon de vender y cantar los pliegos de cordel que trataban sobre asuntos religiosos, históricos, de cautivos, de valientes bandoleros, historias domésticas, amorosas y satíricas (Botrel, 1993) |
Teatro
Dentro de esta misma línea de literatura española popular está el teatro a comienzos del siglo XIX, que fue también uno de los vehículos fundamentales en la propaganda contra Napoleón.
Piezas teatrales como el
Congreso de Bayona donde Napoleón trataba
de dar a España una Constitución, Después
de un gozo, dos penas y fuga de Madrid del rey Botellas, y las
comedias como Sermón sin Frutos, o sea,
José Botellas en el Ayuntamiento de Logroño, cuyo protagonista era José Bonaparte, representaban los
eventos acontecidos durante la guerra y que influenciarían en la opinión del
espectador, cuya mayoría era analfabeta. Como lo sugiere Ana María Freire López[10] al citar a Manuel Querol: “En ellos (los teatros) se
instruye en todas las materias al simple pueblo que no lee o no puede leer”. Esto
demuestra el carácter “pedagógico” del teatro, que da a conocer al pueblo los
acontecimientos ocurridos, tomando las piezas teatrales como la máxima
representación de los eventos de la Guerra de la Independencia, como lo
representa el Sermón sin Frutos, o sea,
José Botellas en el Ayuntamiento de Logroño[11]. En esta obra la acción se desarrolla en Logroño, que
históricamente fue el lugar por donde pasaron las tropas tras la derrota de la
Batalla de Bailén en julio de 1808. En ella se representa la estancia breve de
las tropas francesas y de José Bonaparte, quien en un momento quiso pronunciar
un discurso, pero su afición por el alcohol no se lo permitió:
JOSEF: Tutto… tu… tu…
tu… tu… tu…
Se va cayendo
sobre la silla.
[…]
BENITO: Senor
¿qué es esto?
JOSEF:
Niente, niente..tu…tu
Queriendo levantarse
BENITO:
Maldito vino, en que lance
nos pones[…]
Como se observa en esta escena, Benito será el encargado de traducir las frases de José I, quien solo hablaba italiano. El hecho de no poder pronunciar su discurso debido a su estado de embriaguez será tomado como burla, como lo demuestran las palabras en cursivas (acción que desempeña el actor).
Lo que queda patente de estas diferentes composiciones literarias,
teatrales y caricaturescas es la difusión de una imagen negativa del monarca francés
José I a través del humor, conocido como Pepe Botella. Fue este componente el que despertó el interés de
los diarios españoles, visto como un medio para lograr la cohesión social
contra los enemigos, Napoleón y su hermano.
Por otro lado, la estructura de estas composiciones (literarias, teatrales
y caricaturescas) facilitó la transmisión del mensaje antinapoleónico, como la
transmisión oral de las canciones o poemas que, a medida que se memorizaban,
adoctrinaban el pensamiento de la gente iletrada, y el carácter pedagógico del
teatro, el cual mostraba la máxima representación de los hechos acontecidos
durante la guerra. Se observa, así, que la transmisión del mensaje se llevó a
cabo gracias a estos medios (el oral, el teatral y el gráfico), que requerían
de menores esfuerzos de concentración y de tiempo, esfuerzos que ahora reclaman
los medios de comunicación del siglo XXI.
Botrel, Jean-François. 1993. Libros,
prensa y lectura en la España del siglo XIX. Madrid: Fundación Germán
Sánches Ruipérez, 1993.
Dérozier, Claudette
& Université Paul Sabatier (Toulouse). 1976. La Guerre d'independance espagnole à travers l'estampe: (1808-1814). Lille: Atelier Reproduction des thèses,
Université Lille III.
Díaz-Plaja, Fernando. 1994. La Guerra
de la Independencia: Una visión distinta de uno de los episodios más
dramáticos y heroicos del siglo XIX español. Barcelona : Planeta S.A.
López Freire, Ana
María. 1990. [auteur du livre] Jacqueline Covo. Hommage À Claude Dumas: Histoire Et Création. Lille : Presses
universitaires de Lille.
-. 2008. Entre la Ilustración y el Romanticismo: La huella de la Guerra de la Independencia en la literatura española.
San Vicente de Raspeig: Publicaciones de la Universidad de Alicante.
Moreno Alonso, Manuel. 2008. "La Caricatura". José́ Bonaparte: un rey republicano en España . Madrid: la Esfera de los Libros.
Platas Tasende, Ana María. 2007. Diccionario de términos literarios . Madrid: Espasa Calpe.
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